jueves, 23 de abril de 2015

jp rodríguez murillo: un niño en un triciclo


Inauguramos sección entrevistando a jp rodríguez murillo, escritor y fundador de ediciones entricíclopes.




1º¿Cuándo y por qué nació ediciones entricíclopes?

Creo recordar, no, estoy seguro de que era lunes. Un lunes de octubre y aún no hacía mucho frío. Llovía, sí. Una lluvia fina y tímida, que te moja como sin querer mojarte. Ella cae sin intención alguna y tú, tú estás ahí abajo, como las hojas en las aceras. Aunque tal vez no lloviese y todo sean imaginaciones mías, me da igual, me encanta la lluvia y como yo escribo esta historia quiero recordar que llovía. Sí, llovía. Y no era muy tarde, pero ya había anochecido. Podría hablar de la luna, pero no, yo no suelo fijarme en la luna a no ser que una amiga me diga algo así: Oye, ¿te has fijado en la luna? Aquella noche, yo no me fijé en la luna –nadie es perfecto como decían en aquella película en blanco y negro–. Entré, como cada lunes, en el Centro de Poesía José Hierro para sentarme un rato con mis compañeros Divagantes. Después en el pasillo, hablé con un amigo, un amigo como yo, que escribe. Escribe porque lo necesita, sin absurdas pretensiones de gloria. Y que quiere como todos, aunque escribamos por necesidad, ver sus textos en un formato diferente a un folio impreso, a una libreta garabateada. Un libro, nada más simple, nada más complejo que un libro.
Me van a publicar un libro de relatos, me dijo. Y claro, yo le pregunté por los detalles. Sin saber que esa pregunta cambiaría mi vida y me llevaría directamente a lugar donde estoy ahora. La maldita cláusula quinta de su contrato de edición, lo decía claramente: "El EDITOR abonará al AUTOR el ocho (8%) POR CIENTO del precio de venta al público sin IVA de todos los ejemplares vendidos en cualquier modalidad de edición en todo el mundo".
Veamos, le dije, lo mismo es que yo no lo he entendido bien, tú como escritor tienes una idea, la maduras, haces esquemas, guiones, escribes un primer borrador, lo corriges, lo reescribes, vuelves a corregirlo, tras cada corrección una reescritura, una vez más y otra y otra hasta que consigues un texto con el que estás satisfecho, ni mucho menos el definitivo, pues después vendrán más correcciones y reescrituras. ¿Y por todas esas horas de trabajo, todas esas noches de insomnio vas a recibir un ridículo 8% de cada libro vendido? Sí, me respondió, lo has entendido bien. ¿Y el 92% restante, qué pasa? No tardamos mucho en descubrir que ese porcentaje se lo repartían entre unos pocos a los que nada o casi nada les importaba aquel libro o lo que hubiera escrito en sus páginas.
¿Cambiar esto es posible?, no tengo ni idea, pero con esa intención, aquella tarde de octubre, aquel lluvioso lunes, nació ediciones entricíclopes, editorial independiente que intenta establecer con los escritores, por respeto a su trabajo, una relación de justicia y de equilibrio. Creo que las posibilidades de perder esta partida son muy elevadas, que estoy rodeado de gigantes que no quieren ver y que yo me muevo inerme y sin demasiada estabilidad, como un niño en un triciclo.



2ºAl escucharte pienso en la canción La Belleza de Aute. Te enfrentas a gigantes que son «como reptiles, al acecho de la presa,negociando en cada mesa, maquillajes de ocasión; siguen todos los raíles, que conduzcan a la cumbre, locos por que nos deslumbre su parásita ambición. Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que náusea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza...» ¿En qué te diferencias como editor de ellos?

Bueno, si te soy sincero apenas tengo contacto con otros editores, no sé qué pensaban al crear su editorial o qué piensan ahora. Si dejamos hipocresías, frivolidades y literatura al margen, debo decir que el dinero importa. Que una editorial es un negocio y que uno de sus objetivos primordiales es  ganar dinero. Debemos pagar impuestos (excesivos), facturas, otros proyectos editoriales, en fin. Debemos ganar dinero, pero ése no debería ser el objetivo primordial. Y por supuesto la literatura nunca puede quedarse al margen. La literatura y su autor no pueden ser secundarios, el arte no puede ser secundario. Por eso en ediciones entricíclopes manejamos otros porcentajes. Sin autores no habría libros. El autor crea la obra, la cultura. El resto son simples instrumentos, canales, accesorios. No es lógico que el instrumento sea más valorado que la persona que lo maneja. El autor sufre, no duerme, se pelea con las palabras, ¿por qué es el que se lleva el porcentaje menor del precio de un libro?
Pero no me hagas mucho caso. Yo qué coño sé, si sólo soy un niño en un triciclo.

3ºDices en la web de tu editorial «Somos buscadores de belleza, de lo nunca dicho, de lo nunca leído. Buscadores de aquello que nos hace volar hasta no reconocernos». Sin duda eres el idealista de esta canción de Aute, el que reivindica el espejismo de intentar ser uno mismo, buscando la Belleza en cada cosa. ¿Cuál es el criterio que sigues para considerar que un libro  ser publicado en tu editorial?

El instinto. Los textos llegan y se leen. Si esos textos son capaces de activar un mecanismo, de mover los engranajes, de despertar algo dormido, se publican.




4ºNo sólo buscáis libros especiales, los hacéis especiales. Las ediciones son muy cuidadas.


¿Qué juguetes tenemos?, textos, pies de página, índices, tipografías, tipos de papel, formatos, etc. ¿Y qué hacemos con ellos?, jugar, divertirnos e intentar crear algo, no ya nuevo (todo está inventado, dicen por ahí) pero sí algo que nos haga sentir bien, cómodos. Un libro que poder levantar y decir: ¿lo veis?, lo hemos hecho nosotros, los de ediciones entricíclopes. Nos divertimos, nos equivocamos y aprendemos. Nada más.







5ºHáblame de tu nuevo poemario “entre Udaipur y Varanasi”

Jamás olvidaré la cara, el gesto de aquel hombre, ese agente de aduana enjuto y de piel profundamente oscura al que entregué mi pasaporte y el papelito que hay que rellenar para entrar en India. Your adress in India?, me preguntó y los pelos de su bigote danzaron al ritmo de sus palabras. Your adress in India? Le expliqué como pude que no, que no sabía si me quedaría en Delhi, o me iría en tren ese mismo día. Your adress in India?, volvió a preguntar el enjuto agente. Me encogí de hombros, no entiendo nada, si por aquí deben pasar mochileros constantemente, pensaba mientras aquel hombre me observaba con sus ojos negros y brillantes. Entonces, como esos padres que no entienden el comportamiento de sus hijos, cogió un boli y rellenó ese apartado que yo dejé sin rellenar. Pushkar escribió. Coincidía que la semana siguiente se iba a celebrar en Pushkar la Feria del Camello. Imagino que aquel hombre vio algo en mí, tal vez pensó que yo era un veterinario o un comerciante de animales, o que en una vida anterior (desde el punto de vista hindú) yo fui domador de camellos o quizá, tal vez y casi seguro, un dromedario.

Después de aquello tomamos el Delhi Airport Metro Express y nos llevó a Main Bazaar. Al salir del metro nos recibió una amalgama de olores y sonidos, y un cartel que decía New Delhi No Entry, por supuesto, no se refería a nosotros, se refería a los taxistas y conductores de tuk-tuk, pero claro. ¿Cuántos estímulos puede ignorar un poeta, cuántos versos lanzados así, a la cara, puede esquivar un poeta? Ese día y todos los días que le siguieron fueron así: nuevos. La búsqueda constante de uno mismo. Pero no os voy a aburrir con anécdotas y vivencias. Lo extraño de todo ésto no es que haya escrito un poemario, lo extraño es que solo sean 28 poemas, bueno.


hoy es así
pero mañana
    quién sabe


Ediciones entricíclopes http://www.entriciclopes.com/

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